lunes, 14 de febrero de 2011

¿Y se llama Nacional?

Tenemos la “desgracia” de disputar la TERCERA CATEGORÍA NACIONAL de un deporte en su modalidad femenina, y, claro, eso no debe de interesar más allá de que los Clubes paguemos, eso sí por adelantado, todos los gastos federativos y arbitrales de la temporada. Mientras nuestros vecinos del deporte masculino que disputan la misma denominación de NACIONAL -quinta categoría- tienen la tranquilidad de merecer arbitrajes no locales, nosotras debemos sufrir año tras año la adulteración de la Liga en forma de humillaciones y esperpentos, que hacen que algunos equipos sólo ganen partidos en casa, o que los que pierdan lo hagan por menos de 10 puntos, cuando contra los mismos rivales fuera pierden por más de 30. Esto un día puede ser casualidad, un año también, pero año tras año esto no se debe tolerar.

Hace poco nos comentaba un entrenador rival que un tercero le había dicho “si no fuera por los partidos que he perdido fuera estaría en puestos de Fase de Ascenso”. Ambos opinábamos que la reflexión también podría ser otra bien distinta: “si no fuera por como arbitran en tu casa quizá estarías peleando por no descender”. Esto es una realidad que se repite de manera sistemática.

Ahora saldrán los demagogos del oportunismo y los valientes del ciberanonimato a decir que si estamos justificando una mala temporada, que si hay que poner excusas a las derrotas y que en nuestra casa también “cuecen habas”. Nada más lejos de la realidad: somos los primeros en sentirnos decepcionados con nuestro balance de victorias/derrotas en lo que va de temporada, creemos que estamos por debajo de donde se nos presuponía en un principio pero esto es deporte y nada esta escrito antes de pelearlo en el campo. Es por esto último, por pelearlo en el campo, por lo que pedimos -exigimos- el respeto que merece la dedicación y es sacrificio de los equipos (no sólo el nuestro, ni mucho menos) que entrenan muchas horas cada semana, que preparan sus partidos y que sufren largos y pesados desplazamientos, y que no pueden ni deben depender de la parcialidad y la falta de respeto constantes que se ven en determinados campos.

Lo sufrido esta jornada en varias canchas no es ni mucho menos un caso aislado, ni tampoco sería justo decir que siempre es así en esos campos, simplemente es la gota que ha colmado el vaso de una paciencia que debemos dedicar a mejorar lo mucho que hacemos mal y a corregir nuestros errores y no a cuestiones que no dependen de nosotros ni están en nuestra mano, sino en la de los que tutelan y dirigen esta competición, a la que apellidan “Nacional” sin ruborizarse.

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