Raquel García Casado (01-08-1994) es otra de esas jugadoras
a las que hemos visto crecer desde bien pequeñas, formándose como personas y
como deportistas.
Con 7 años ya comenzaba a botar nuestro balón por las canchas del Colegio Agustinos, donde jugó hasta
los 12 años. Es entonces cuando se integra en el equipo infantil del “ACIS” San
José, para defender esos colores y los de su legado, el Baloncesto Femenino
León, hasta la actualidad.
Raquel nunca fue una jugadora determinante, sin destacar en
ninguna faceta del juego en particular, pero haciendo de todo lo que
necesitaran sus equipos. Prueba de ello es que a pesar de no estar nunca entre
las quinielas de favoritas, siempre terminó entrando en los planes de los
distintos entrenadores del Club.
De carácter introvertido –visto desde fuera- sus compañeras
sólo tienen alabanzas hacia ella, siendo esa la mejor valoración que puede
recibir una jugadora, la de las que comparten alegrías y sinsabores con ella.
La temporada pasada Raquel llegó al equipo de puntillas, con
un papel en principio secundario, pero a base de trabajo, tesón y buen hacer
consiguió ganarse sus minutos y ser fundamental en más de una ocasión (buena
prueba de que la que trabaja al final obtiene recompensa).
Este año volverá a tener mucha competencia: aleros más
altos, con mejor tiro, quizá más rápidos, pero ella seguro que sabrá hacer
valer sus cualidades para disputarles los minutos y terminar haciéndose un
hueco, como lo ha hecho toda la vida.
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